La postboda de Yaiza y Javier
Cuando me preguntan por lo mejor de mi trabajo como fotógrafo de bodas siempre contesto lo mismo: trabajar con personas. Si bien es cierto que adoro y vivo por y para la fotografía, no es menos verdad que sin personas, para mí, la fotografía tiene otro sentido.
Conocer nuevas parejas, descubrir nuevos puntos de vista y retratar personas desconocidas hasta ese momento es la razón de ser de mi trabajo como fotógrafo de bodas.
Hoy quiero presentaros esta sesión con Yaiza y Javier. Ellos eligieron, con muy buen criterio, hacer una postboda para vivir con calma y sin interrupciones el día de su boda. De ese modo, podían tener un reportaje de fotos bonito sin la necesidad de descuidar a sus invitados.
Como algunos ya sabréis, mi punto de vista como fotógrafo de bodas es muy claro: quiero que las parejas disfruten de su gran día sin tener que pensar en las fotos. Por eso mismo, cuando cuento a una pareja mi proyecto y mi idea de trabajo siempre hago incidencia en lo importante de una Postboda.
Fotógrafo de bodas en Navarra
En primer lugar, como decía antes, no tenemos la necesidad de descuidar a los invitados, algo fundamental para todas las parejas. Además, gracias a la postboda no hay necesidad de perderse ni un solo plato del cóctel. Pero, por si esto fuera poco, en una Postboda tenemos bajo control tanto la luz como la ubicación, algo que en una boda puede no ser controlable.
Esto no es óbice para que, por ejemplo, Yaiza y Javi se hicieran unas pocas fotos de pareja el día de su boda. En su caso, aprovechamos el espacio que va desde su salida de la ceremonia hasta el comienzo del cóctel. En esos quince minutos logramos obtener un pequeño reportaje que sirve como perfecto recuerdo de su gran día.
Por descontado, esto es siempre así cuando nos encontramos con bodas en lugares únicos y especiales como pueden ser las bodegas Laus, Ligüerre de Cinca o el Monasterio de Piedra. Estos lugares, por la propia magia que entrañan, siempre merecen ser retratados el día de la boda.
Así pues, Yaiza y Javier vivieron una sesión de Postboda muy especial. Como fotógrafo de bodas, siempre aconsejo a las parejas sobre el sitio u otros detalles que merecen la pena ser tenidos en cuenta.
En este caso, nos encontramos con una tarde ventosa que tampoco fue impedimento para poder trabajar de una forma tranquila. Los que ya han trabajado conmigo saben que me gusta mantener la calma, llevar la sesión de forma muy serena y que todo fluya de forma natural.
En mi opinión, esta manera de enfocar los reportajes hace que las fotos reflejen naturalidad y, a fin de cuentas, a la pareja tal y como es. Por eso mismo, no me gusta andar pidiendo poses o cosas muy forzadas. Prefiero pedir “acciones” e ir llevando cada momento por un camino correcto.
Sesión de Postboda
Como podéis ver en el resumen fotográfico, esta sesión de Postboda con Yaiza y Javier llegó a su punto álgido con el atardecer. Siempre me gusta programar las sesiones para que la pareja llegue en su mejor momento a los últimos rayos de luz. Para todo fotógrafo de bodas que busca imágenes un tanto bucólicas, esta hora dorada puede ser una fuente inagotable de fotos.
En mi caso, busco este tipo de recuerdos, pero también otras imágenes más creativas. Esa mezcla puede ser, a buen seguro, uno de los pilares de mi trabajo como fotógrafo de bodas.
¡Y hasta aquí esta entrada con la Postboda de Yaiza y Javier! Como siempre, espero que os guste y sea de vuestro agrado y, como no, espero que os gusten las fotos.
Galería de imágenes