Postboda en el Delta del Ebro
Hoy venimos con una preciosa Postboda en el Delta del Ebro. Los protagonistas de la entrada, María José y Juan, son una de esas parejas que nos dejaron marcados durante 2019. Hace tiempo ya pudimos ver las fotos de su Preboda en el Moncayo (puedes ver las fotos pinchando en este enlace) al igual que las fotos de su boda en Tierrabella (haz clic aquí para ver las imágenes). Hoy cerramos el ciclo con su reportaje de Postboda, una pequeña colección de fotos de una jornada con un buen puñado de anécdotas.
De Zumaia al Delta
El tiempo en el País Vasco nos ha traído un poco de cabeza durante la pasada temporada. Muchos días raros, malas predicciones y el temor a un día gris típico del norte. Esto fue lo que, unido a otros factores, nos llevó al Mediterráneo con María José y Juan. Cosas de la vida, aunque tuvimos un día cálido y perfecto para hacer fotos, nos topamos con un cielo nublado que apenas dio tregua durante la postboda en el Delta del Ebro. La Ley de Murphy, ya sabéis.
Arrancamos la sesión en Tortosa. Este pueblo cercano al Delta nos dejó una buena serie de imágenes en las que jugamos con las sombras, los contrastes y la escasa luz de sol que podíamos rascar. Juan, incansable con sus bromas y su sonrisa, era constantemente reñido por María José, que trataba de poner seriedad en el asunto. Esa relación tan perfecta es la ideal para nuestro estilo fotográfico. Queremos que las parejas se comporten como son, y no como si estuvieran en un “shooting” para la revista Vogue.
Nublado pero sin viento
Tras un pequeño traslado, llegamos al propio Delta del Ebro, inmenso, muy extenso y con infinitas opciones. Nosotros tomamos la decisión de ir a su parte más sur, donde se junta agua dulce con agua salada y una buena cantidad de surfistas disfrutan del viento que se genera en este lugar. El cielo se había nublado definitivamente y era obvio que ya no íbamos a ver el sol.
Tras una primera parte sobre una estructura de madera, nos acercamos a un pequeño paseo de tablas sobre el agua que nos adentraba en la desembocadura del Ebro. El paisaje del lugar nos fascinó, y ya estábamos completamente seguros de lo acertado de haber trasladado la Postboda al Delta del Ebro.
Y de remate, tormenta
Llegó la parte final en la que nos fuimos al mar. Una tormenta asomó por el horizonte y le vimos las orejas al lobo. Los pelos de María José estaban totalmente erizados, señal de que teníamos que salir del agua de forma inmediata. Estábamos muy cerca del final, hacía calor, el agua estaba muy próxima y optamos por rematar la Postboda de forma acelerada. María José y Juan se metieron al agua sin titubeos, como quien lleva bañador, y dentro del mar se dieron varios empujones y juguetearon con el agua. Habíamos visto de todo en nuestras Postbodas, pero nunca a unos novios zambullirse completamente en el agua. ¡Lo dieron todo!
Hasta aquí nuestra entrada de la Postboda en el Delta del Ebro de María José y Juan. Con esta entrada cerramos el ciclo de su reportaje con nosotros, y lo hacemos agradeciéndoles una vez más todo lo que nos han dado durante estos meses.
Al resto, muchas gracias por leer la entrada y ver las fotos. ¡Esperamos que os gusten!
Raquel y José Manuel
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