Postboda diferente en Zaragoza
Hoy tenemos el placer de presentaros una sesión de Postboda diferente en Zaragoza. A la pareja protagonista de las fotos, Cristina y Álex, la habíamos acompañado en su gran día a finales de octubre (puedes ver las fotos pinchando en este enlace). Unas semanas después, cuando el tiempo ya empezaba a hacer trastadas, nos volvimos a reunir para cerrar el ciclo de su boda.
Como es habitual, planeamos la sesión con idea de tener unas fotos variadas y dinámicas, y, además, con la intención de conseguir un reportaje de postboda diferente en Zaragoza. En los días previos acordamos realizar las primeras tomas en el centro de la ciudad. El día amaneció gris, encapotado, y estuvimos muy cerca de cancelar la sesión. Comenzó a llover cuando quedaban menos de diez minutos para nuestra cita. La predicción no había estado muy acertada.
Postboda con lluvia
No obstante, decidimos dar comienzo a la jornada de fotos amparados de la lluvia. En estos casos siempre hay un plan B, y el nuestro consistió en dirigirnos a un pasaje cubierto en plena Plaza del Pilar. Como siempre, no hay mal que por bien no venga. En este lugar encontramos unas estufas de calle, perfectas para comenzar a realizar un reportaje de postboda diferente en Zaragoza. El juego de luces entre fuego y flash funcionó de maravilla, y Cristina y Álex rápidamente se encontraron cómodos frente la cámara. Algunos contraluces y unas fotos más creativas nos llevaron a comprobar que había dejado de llover.
Pero, sin duda, la lluvia puede ser un gran aliado. Los reflejos del suelo nos permitieron hacer algunas fotos más diferentes, más creativas, y que incluso la pareja ha decidido incluir en su álbum de boda. Al final va a ser verdad aquello de que todo lo que pasa conviene. Sin la lluvia de la mañana aquellas fotos no habrían existido.
Fotos en el Pilar
Tal y como muchas parejas nos solicitan, para este reportaje tomamos la Basílica del Pilar como telón de fondo en una corta serie de fotos. Entre turistas orientales, un tanto asombrados, fuimos combinando disparos más clásicos con otros más propios de una postboda diferente en Zaragoza.
Desafortunadamente, el sol seguía sin aparecer. En el recinto de la Expo 2008 decidimos jugar con el velo de Cristina, de color rosa, tan importante para ella, y que nos sirvió para ver a Álex en acción. De las imágenes más centradas en la geometría pasamos a otras totalmente diferentes.
En el Parque del Agua nos metimos en una dinámica más natural, sencilla y espontánea. Con ese bonito fondo solo nos teníamos que preocupar de no intervenir en exceso en los juegos que proponíamos a la pareja. Nuestra idea era realizar una postboda diferente en Zaragoza, y esta parte, con Cristina ataviada con una acertada chaqueta mostaza, se ha convertido en una de sus favoritas. Poner complementos que aporten un extra a las fotos funciona de maravilla.
Una leve luz roja
Con poco más que rascar a un día un poco feo, caminamos por el tranquilo parque en busca de alguna toma que rematara la sesión. Una especie de estructura de madera y unos paseos de tablas fueron el colofón a la postboda, que se remató, como tanto nos gusta, con unos contraluces muy evocadores. Aquí pudimos rascar un poquito de luz roja al atardecer.
Gracias y mil veces gracias a Cristina y Álex por todo lo que nos han aportado en 2019. Gracias por permitirnos realizar una postboda diferente en Zaragoza, por estar siempre atentos a nuestras necesidades, por hacerlo siempre con una sonrisa y por ser una pareja de esas que, como solemos decir, te la llevarías a casa.
Al resto, muchas gracias por leer la entrada, ver las fotos y comentar o compartir.
Raquel y José Manuel
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