Postboda en Altafulla – Belén y Javi
Hoy tengo el placer de presentaros esta divertida sesión de Post boda en Altafulla. La verdad es que pocas sesiones son como la anterior, pero en este caso debo reconocer que me encontré con una ubicación verdaderamente diferente.
Cuando Belén y Javi me hablaron de hacer su sesión de Post boda en Altafulla rápidamente pensé en la playa y en el Castillo de Tamarit. Este punto de Tarragona se ha convertido en uno de los preferidos por muchas parejas, especialmente de fuera de nuestro país, para vivir su gran día.
Por lo tanto, visualicé un reportaje con el azul del mar y la imponente figura del castillo como fondos perfectos.
Pero, como muchos sabéis, los esquemas preestablecidos tampoco van mucho conmigo. Me gusta imaginar, jugar, buscar otros puntos de vista y salir de lo esperado. Pregunté a esta preciosa pareja qué hacia especial este lugar, y cuando me contaron la cantidad de horas que habían vivido en el camping de este pueblo, rápidamente empecé a mirar la post boda en Altafulla desde otro prisma.
Ellos mismos me confesaron que les hacía mucha ilusión hacer una tanda de fotos dentro del propio camping. Yo, que soy un poco kamikaze, les mostré mi entusiasmo sin pensarlo dos veces. A fin de cuentas, era un sitio nuevo.
Como ya he contado muchas veces, para un fotógrafo de bodas cada sitio nuevo es un mundo por descubrir. Personalmente, siento la necesidad de ver nuevos fondos, nuevos espacios y no repetir lo que ya he hecho en el pasado. Así pues, el camping parecía una gran idea para esta post boda en Altafulla.
Sin embargo, debo admitir que en el tren camino de Tarragona tenía mis pequeñas dudas. A fin de cuentas, como fotógrafo de bodas siempre busco espacios despejados, fondos neutros y limpios y lugares con poco “ruido visual”. Al recordar algunos campings en los que había estado en el pasado empecé a no tener claro cómo enfocar el reportaje.
Nada más llegar, Belén y Javi ya me esperaron con sus trajes puestos. Tomamos un pequeño cafecito y nos metimos en faena. Un pequeño paseo por el camping me ayudó a conocer el espacio. No tardamos en encontrar lugares con mucho significado para la pareja que, además, me ofrecían justamente lo que decía en el párrafo anterior.
Y estas buenas sensaciones fueron en aumento. En contra de lo que podía pensar en el tren, a cada paso fuimos encontrando nuevas opciones y fuimos sacando imágenes creativas y diferentes. Consciente de que íbamos a terminar en la playa con fotos más bucólicas, en esta parte me centré en tomas más fuera de lo común.
Sinceramente, disfruté muchísimo de esta nueva experiencia. Es más, salí del camping con la idea de que me dejaba muchas posibilidades de fotos en el tintero. Pero nos quedaban otras ubicaciones por visitar.
La primera de ellas era la propia población. Obviamente, no podíamos hacer una sesión de Post boda en Altafulla sin retratar el casco urbano de dicho lugar. Allí nos centramos en su paseo marítimo, otro entorno que Belén y Javi han recorrido decenas de veces.
Desde aquí nos dirigimos a otro punto del pueblo, un precioso mirador que, con la playa de fondo, nos sirvió para jugar con diferentes alturas y la brisa omnipresente del Mediterráneo. Con dos ubicaciones más en la agenda, nos montamos en el coche para llegar, ahora sí, al lugar emblemático de la zona.
Poco a poco íbamos llegando al final de la Post boda en Altafulla, pero no nos podíamos marchar del lugar sin hacer una buena tanda de imágenes con el precioso Castillo del Tamarit como fondo.
Sin duda, creo que Belén y Javi estaban viendo una experiencia muy especial, algo más que una sesión de fotos. Personalmente, creo que esta es la clave de la naturalidad en las imágenes. Hacer sentir cómoda a una pareja y convertir la sesión en algo divertido es el quid de todo reportaje.
Finalmente, Belén y Javi optaron por ponerse una indumentaria diferente para el último tramo de la post boda en Altafulla. A decir verdad, llegaba la hora de meterse en el agua y el vestido de Belén iba a ser un lastre demasiado pesado para poder moverse con comodidad.
Por lo tanto, se pusieron una ropa blanca y, con unas bengalas como complemento, vivieron un final de sesión más que especial.
Hasta aquí el resumen de esta Post boda en Altafulla. Como siempre, espero que os haya gustado y que las fotos sean de vuestro agrado. Millones de gracias a Belén, Javi y sus familias por tantísimo cariño durante estos meses. ¡Sois geniales!