Por descontado, toda la emoción que ellos volcaron en sus preparativos previos al gran día se reflejó en cada uno de los detalles que con tanto cariño habían dispuesto. No hay duda de que Laura y Héctor no dejaron ni un solo cabo sin atar.

Para comenzar la jornada, ambos reunieron a sus respectivos familiares y amigos en sus “cuarteles generales”. Por su parte, Héctor se vestía con su hermana en un momento muy íntimo y especial, mientras que Laura recibía los cuidados de pelu y maquillaje con sus personas más cercanas.

Una vez listos, ambos ofrecieron un pequeño aperitivo a la vez que daban unos pequeños detalles a sus amigos, lo que dio lugar a las primeras lagrimitas y emociones del día. Como en esta boda en Calamocha, cada vez más parejas optan por celebrar sus preparativos junto a sus amigos, y no puede parecerme una idea más acertada.

Entre tanto, el resto de los invitados fueron llegando paulatinamente al lugar del evento, donde Luis Cebrián, mención aparte para sus ceremonias, empezaba con sus divertidas bromas y chascarrillos.

Con el calor previsible, pero bien resguardados del sol, Luis Cebrián nos regaló una de esas maravillosas ceremonias en las que no puedes parar de reír, con espacio también, como no, para momentos más tiernos y emotivos.

Tras el cambio de anillos y la divertida lectura de votos, la boda en Calamocha pasaba su ecuador y llegaba al momento del cóctel. Todo el personal de Fidalgo preparó con mucho ahínco todo lo que Laura y Héctor habían seleccionado, con el jamón como estrella invitada. Y es que, no lo olvidemos, estamos en una boda en Calamocha.

La entrada en el salón hizo estallar la fiesta. Aquí Laura y Héctor dieron de manera definitiva rienda suelta a sus emociones, mientras que los invitados no dejaban de demostrarles su afecto. Y es que, sin duda, Laura y Héctor son personas de las que se hacen querer, y mucho.

Por nuestra parte, acompañados por los chicos de Aloha Films, documentábamos cada instante de la preciosa boda en Calamocha sin ser conscientes de lo rápido que pasaba el tiempo. En un abrir y cerrar de ojos, la pareja vio una proyección que les regalaron sus amigos, además de “sufrir” alguna que otra broma y juego. Ellos hicieron lo propio y no duraron en ofrecer regalos y detalles a su gente más allegada.

Una vez concluido el banquete Laura se digirió a una habitación para cortar su pelo. ¡Casi nada la sorpresa que tenía preparada para Héctor! Allí mismo cortó su melena y regreso, con el pelo al viento, para hacer el baile nupcial.

Como podéis suponer, tras el revuelo que supuso ver a Laura de esta manera, la barra libre explotó y la fiesta llegó a buen volumen y con temazos a tutiplén. Sin embargo, nuestra labor en esta boda en Calamocha llegaba a su fin y tocaba regresar a Zaragoza.

Hoy quiero dar las gracias a Laura y Héctor por su enorme cariño durante este tiempo. Ha sido maravillo acompañaros en un día tan especial. ¡Gracias también a los chicos de Aloha, no me canso de ver vuestros vídeos!

Al resto, como siempre, muchas gracias por leer esta entrada. ¡Espero que os guste!