Postboda en el Delta del Ebro
Zumaia siempre ha sido un destino estrella para las postbodas, pero la mala fortuna con el tiempo ha hecho que varias sesiones programadas allí hayan tenido que ser suspendidas. El Mediterráneo es mucho más benévolo con la climatología y, al igual que sucedió con la potsboda de María José y Juan (puedes ver las fotos en esta entrada), Laura y Jorge tuvieron que optar por hacer su Postboda en el Delta del Ebro.
Sin duda, cambiar de planes siempre es un fastidio, pero, en esta ocasión, la pareja disfrutó de “su segundo gran día” tanto o más que en una hipotética postboda en Zumaia. Con ellos vivimos una boda preciosa en Tudela (puedes ver las fotos pinchando en este enlace) y a mediados del mes de octubre nos dirigimos a tierras catalanas.
Postboda junto al mar
En esta ocasión, la primera parada llegó en una pequeña cala muy tranquila a unos cuantos kilómetros de nuestro destino final. Con sus trajes ya enfundados, Laura y Jorge pasearon por las rocas, con el sol todavía un poco alto, en busca de unas imágenes que muestran a la pareja cercana y muy natural. Como decimos, con el sol un tanto elevado, buscamos otras fotos más creativas fundamentadas en los contrastes y los juegos de luces y sombras. Este breve paseo sirvió de pistoletazo de salida a la Postboda en el Delta del Ebro y, además, nos ayudó a quitar los nervios a la pareja. Una pequeña zona arbolada fue el preámbulo a nuestro viaje al Delta propiamente dicho.
Como era de esperar, el Delta del Ebro presentaba un aspecto perfecto. El buen tiempo nos dejaba decenas de personas que paseaban por el lugar, mientras que los más aventureros practicaban el deporte rey en la zona: kitesurf. Usamos sus artilugios como complemento en algunas fotografías.
Unas viejas conocidas
Paulatinamente, mientras el sol bajaba su intensidad, fuimos caminando por la zona interior del brazo que divide esta parte del Delta. Un paseo de maderas nos servía para jugar con el velo, hacer algunos contraluces y también aliarnos con el viento. Una estructura, también de madera, era el escenario perfecto para jugar con la luz y las formas geométricas.
Con el paso de los minutos llegó la hora de ir a la playa propiamente dicha. Toda Postboda en el Delta del Ebro tiene como finalidad terminar en este maravilloso enclave. Amplia, tranquila, despejada y limpia, se convirtió en un fondo perfecto para las fotos más románticas. La hora acompañaba, el sol estaba en su punto dulce y era la cima de la sesión. Programar horas, lugares y prever cómo se va a encontrar una pareja en un momento concreto no es sencillo, y esa es nuestra tarea como fotógrafos de boda para lograr el resultado perfecto.
Anochecer de película
Como se puede ver en la sesión, los tonos rojizos del anochecer fueron espectaculares. Casi de noche, mientras los mosquitos se daban un festín a nuestra costa, usamos el flash para jugar con los colores y hacer unas fotos más creativas. Eran el lazo perfecto a la Postboda en el Delta del Ebro de Laura y Jorge.
A ellos queremos dar un día más las gracias por su cariño durante todo el tiempo que hemos pasado juntos. ¡Os deseamos lo mejor! Al resto, muchas gracias por leer la entrada, ver las fotos y comentar o compartir.
José Manuel
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